Wednesday, October 24, 2012

Sabores


Café sólo, recuerdos de un Brasil que se me escapa del cuerpo y tú preguntándote si te echo de menos. Si aún te quiero, si aún tengo ganas de que me despiertes en mitad de la noche y perdamos otra hora de sueño jugando juegos de mayores, con deleite de niños.

Un país que quedó atrás como un sombrero en una película en blanco y negro, cuando el protagonista sale huyendo de algún mal que lo persigue. Un verde y amarillo que se difumina y se decolora como si el tiempo fuera una lavadora cargada de lejía para la memoria. Un café que se enfría, que me mata por las noches, que me pica los dientes y que me recuerda que, en aquella época, al menos, tenía un caramelo al día. Un dulcito, ¡Uy, qué rico!

También encuentro pintadas en las paredes unas preguntas que no eres capaz de verbalizar y que me matarían si lo hicieras. Abriendo mis entrañas con sierras afiladas y lacerando a ritmo de samba mientras te grito “Libertad” al oído. Pero sólo cuando te acercas a pedirme una disculpa.

Son unas historias que ya pasaron y que no podemos volver a poner sobre el tablero. Lo hice mal, sí, lo sé, lo hago mejor ahora. Fue un momento inoportuno, la vida es así y, aunque no lo parezca, de los errores solo aprenden unos pocos. Necesitas que te metan cinco para darte cuenta. Ahora miro más por el equipo que por mis marcas personales.

Así que aquí está mi respuesta antes de mi respuesta, aquí está la solución antes del problema, aquí está el miedo a perderte para siempre y las ganas de volver a encontrarte. Aquí está mi vida con  hielo en la rodilla, un sofá en la terraza y el café que se agota en una taza cualquiera. Aquí estoy yo, pensando en contestar a tus miedos y decirte que estás en lo cierto y que ya no seremos amigos, pero al menos podré felicitar a aquellos que te saquen sonrisas en lo oscuro. Aquí estoy yo, durmiendo mi karma mientras llueve en Madrid, en esta bonita tarde de domingo. 

No comments:

Post a Comment