...Que se divierten

Quiero irme a dormir pero no encuentro el momento. Quiero volver a la cama en la que hay trampas maravillosas, humo armónico y tu cuerpo respirando. He desperdiciado noches de catorce horas agarrado a una almohada sudada y sucia. Te he pedido un pedazo de cielo y tú has arrancado parte del universo. Me has mirado a los ojos y me has dicho que estás para lo que sea: remiendos, parches y pintura. Me lo he pensado mejor y me he puesto a mojar galletas en leche, a escribir libros de disculpa y a ver girar la aguja de las metáforas. Uno ya no sabe porqué se pierden batallas, ni dónde se secan las historias bonitas.

Eres una isla donde no necesito diario. Eres unos ojos enormes que me miran con dulzura. Eres una sonrisa que me gana cualquier enfrentamiento y eres un cuerpo que no me permite tregua. No es de guerras de lo que te hablo, no de esas que los demás conocen.

Y yo me encuentro en medio de un cómic sin colores donde los textos se escriben en más de cuatro idiomas. Lenguas extrañas que no domino, ideas nuevas que se hacen antiguas. Me veo celebrando sin un traje que ponerme, corriendo sin pisar un camino, jugando a un juego que cambia a cada rato y no sé si ahora es cuando toca esconderse. Me voy, en breve, a otros dibujos y tampoco sé si dejaré rastro para seguirme. Un hilo rojo por el que volver en caso de dudas, una sonrisa que flota un instante, unas palabras que a nadie le importan. Mucha tinta que derramé por inercia.

Voy a dejar que la madrugada me envuelva y que cada hora sea un nuevo sedante. Que el futuro esté dónde juegan los que no tienen miedo y el presente se convierta en un edredón rojo y amarillo. Voy a desconectar el cable un momento. Espero despertar en otras realidades. Desayunar contigo y hablar de nosotros. Y pasar meses regalándote cromos que pegues en tu álbum de sueños. Tareas de niños que se divierten. Tardes de pan con mantequilla.